«La formación de los alumnos de los cursos más bajos está muy descuidada»

JOSÉ CASTAÑO MAESTRO JUBILADO Y MEDALLA DE ORO AL MÉRITO EN EL TRABAJO
«Los pilares para una buena educación son la familia, la sociedad y los maestros, pero los límites a los niños tienen que ponerlos los padres»
05.01.08 -
JAVIER BALLESTA
El Consejo de Ministros del pasado 7 de diciembre concedió una Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo al maestro José Castaño, docente murciano que estuvo retirado de su ejercicio profesional durante muchos años en represalia por su participación en el bando republicano durante la Guerra Civil. A sus 90 años sigue, cada mañana, acercándose al colegio que lleva su nombre, en la ciudad de Murcia, con ilusión y entrega para colaborar con los docentes del centro en la enseñanza de los alumnos.
- ¿De dónde surge ese afán por dar clases más allá de la edad de jubilación?
- Para mí dar clases a los chiquillos es lo que más me satisface quise recuperar los años alejados de mi oficio. El régimen de Franco me prohibió ejercer mi profesión y cuando reingresé, en 1975, ya tenía 61 años y tuve que ponerme a recuperar el tiempo perdido. Por eso, cuando me jubilé, tuve necesidad de seguir impartiendo clases, por los años que, a la fuerza, no pude hacerlo.
- ¿Por qué quiso ser maestro?
- Por vocación, siempre quise dedicarme a dar clases, porque lo que a mí me gusta es estar dentro del aula. Ingresé en 1935 en la Escuela Normal, por el plan profesional, de la República. Era el mejor plan de formación de maestros, tenía cuatro años y era necesario realizar una oposición de entrada con tres ejercicios. El último año de la carrera era para realizar prácticas, durante todo un año, en un colegio. Pero, a mitad de la carrera, iniciado tercer curso, en plena Guerra Civil, me incorporo al Frente de Teruel. Más tarde volví y me examiné, e inicié el cuarto curso de practicas y, además, remuneradas en un colegio todo el año, cobrando 3.000 pesetas anuales. Era mucho dinero, en aquella época el sueldo de ingreso de un maestro era de 4.000 pesetas anuales, por encima e lo que ganaban los funcionarios de oposiciones en otras administraciones, como correos, obras públicas, en los ayuntamientos
- Dicen que la formación de los maestros republicanos era exquisita, la más adaptada al oficio de un buen docente. ¿Qué tenía de novedad esta preparación?
- Este plan universitario se centraba en la idea de formar a los docentes, no en ampliar conocimientos. Se presuponía que un bachiller universitario ya tenía los saberes suficientes en las diferentes asignaturas de ciencias y de letras para impartir la primera enseñanza, lo que se le enseñaban en la carrera era a enseñar. La entrada a estos estudios de Maestro exigían una preparación, una oposición con tres ejercicios, uno de redacción (en mi caso recuerdo que versaba sobre Lo bueno y breve, dos veces bueno, otro en ciencias y otro en letras). Había una selección a la entrada, luego, al terminar te daban plaza, destino fijo y dentro de la población.
- Pero la guerra rompe los sueños y las ilusiones de este joven maestro y le aparta de la enseñanza, ¿no?
- En cuanto Franco coge el poder, el 18 de julio, de 1936, las cosas cambian radicalmente. Por aquel entonces yo estaba, al final del 38 en una escuela en la plaza de la Paja, en una graduada del Barrio del Carmen... En marzo del 39 se acaba la guerra y el primero de mayo ingreso en prisión, en la cárcel provincial. En junio, el fiscal me impone 30 años de reclusión perpetua por haber sido defensor de la República, ocupar cargos en instituciones, como la de secretario de organización del comité provincial y presidente de la FUE (Fundación Universitaria Escolar), algo así como un sindicato democrático de estudiantes. Sin embargo, ya en la cárcel de Totana me beneficio de una extinción de condena, con lo cual a los dos años y medio salgo de de prisión. En 1941 ya estoy libre y en 1943 me caso con mi compañera de la carrera, también maestra.
- Sería difícil para los maestros republicanos pasar, de la noche al día, a ser maestros del régimen franquista...
- Claro que sí, al terminar la guerra todos los estudios realizados en zona republicana fueron anulados. Los maestros tuvieron que hacer, de nuevo y en 6 meses, cursillos para titularse de nuevo. El titulo del plan profesional se anula y aparece un nuevo plan de formación que era, todo hay que decirlo, mucho más flojo. Como fueron muchísimos los maestros represaliados y alejados del ejercicio profesional, como era mi caso, y no había docentes en las escuelas, nombraron maestros de forma rápida y acelerada.
- Pero, se conocen datos que dicen que el nivel educativo está mucho más bajo que hace años, ¿ o no?
- Sí, es cierto, porque se está descuidando la formación de los chiquillos en los primeros cursos. Por ejemplo, se está descuidando que los mejores maestros vayan a los cursos de abajo. Los finlandeses dicen que los maestros mejor formados y con más experiencia deben estar en los primeros cursos. De otra parte, el nivel cultural ha bajado. Antes, a los 10 años se sabía más lenguaje, menos faltas de ortografía, hasta se daban raíces cuadradas. Ahora se comprueba que la falta de vocabulario es enorme. Hay que leer y escribir bien, porque si no se sabe leer, no se puede estudiar. Y hay que dejar que el niño elija aquello que le apetece leer, lo que le agrada. Yo aborrecí El Quijote porque me lo impusieron como texto obligatorio.
- Y hablando de la familia, ¿se toma en serio la educación de sus hijos o confía en que sea la escuela quien se los eduque?
- Los pilares de una buena educación son la familia, la sociedad y los maestros. La responsabilidad de la familia es tal que tiene que preocuparse de lo que hacen y de lo que ven en la tele. Se está comprobando que el trabajo de padre y madre, los horarios y tiempos en los que los padres no están con los hijos, dificultan su formación. Los límites los tiene que poner la familia.
- ¿De dónde surge ese afán por dar clases más allá de la edad de jubilación?
- Para mí dar clases a los chiquillos es lo que más me satisface quise recuperar los años alejados de mi oficio. El régimen de Franco me prohibió ejercer mi profesión y cuando reingresé, en 1975, ya tenía 61 años y tuve que ponerme a recuperar el tiempo perdido. Por eso, cuando me jubilé, tuve necesidad de seguir impartiendo clases, por los años que, a la fuerza, no pude hacerlo.
- ¿Por qué quiso ser maestro?
- Por vocación, siempre quise dedicarme a dar clases, porque lo que a mí me gusta es estar dentro del aula. Ingresé en 1935 en la Escuela Normal, por el plan profesional, de la República. Era el mejor plan de formación de maestros, tenía cuatro años y era necesario realizar una oposición de entrada con tres ejercicios. El último año de la carrera era para realizar prácticas, durante todo un año, en un colegio. Pero, a mitad de la carrera, iniciado tercer curso, en plena Guerra Civil, me incorporo al Frente de Teruel. Más tarde volví y me examiné, e inicié el cuarto curso de practicas y, además, remuneradas en un colegio todo el año, cobrando 3.000 pesetas anuales. Era mucho dinero, en aquella época el sueldo de ingreso de un maestro era de 4.000 pesetas anuales, por encima e lo que ganaban los funcionarios de oposiciones en otras administraciones, como correos, obras públicas, en los ayuntamientos
- Dicen que la formación de los maestros republicanos era exquisita, la más adaptada al oficio de un buen docente. ¿Qué tenía de novedad esta preparación?
- Este plan universitario se centraba en la idea de formar a los docentes, no en ampliar conocimientos. Se presuponía que un bachiller universitario ya tenía los saberes suficientes en las diferentes asignaturas de ciencias y de letras para impartir la primera enseñanza, lo que se le enseñaban en la carrera era a enseñar. La entrada a estos estudios de Maestro exigían una preparación, una oposición con tres ejercicios, uno de redacción (en mi caso recuerdo que versaba sobre Lo bueno y breve, dos veces bueno, otro en ciencias y otro en letras). Había una selección a la entrada, luego, al terminar te daban plaza, destino fijo y dentro de la población.
- Pero la guerra rompe los sueños y las ilusiones de este joven maestro y le aparta de la enseñanza, ¿no?
- En cuanto Franco coge el poder, el 18 de julio, de 1936, las cosas cambian radicalmente. Por aquel entonces yo estaba, al final del 38 en una escuela en la plaza de la Paja, en una graduada del Barrio del Carmen... En marzo del 39 se acaba la guerra y el primero de mayo ingreso en prisión, en la cárcel provincial. En junio, el fiscal me impone 30 años de reclusión perpetua por haber sido defensor de la República, ocupar cargos en instituciones, como la de secretario de organización del comité provincial y presidente de la FUE (Fundación Universitaria Escolar), algo así como un sindicato democrático de estudiantes. Sin embargo, ya en la cárcel de Totana me beneficio de una extinción de condena, con lo cual a los dos años y medio salgo de de prisión. En 1941 ya estoy libre y en 1943 me caso con mi compañera de la carrera, también maestra.
- Sería difícil para los maestros republicanos pasar, de la noche al día, a ser maestros del régimen franquista...
- Claro que sí, al terminar la guerra todos los estudios realizados en zona republicana fueron anulados. Los maestros tuvieron que hacer, de nuevo y en 6 meses, cursillos para titularse de nuevo. El titulo del plan profesional se anula y aparece un nuevo plan de formación que era, todo hay que decirlo, mucho más flojo. Como fueron muchísimos los maestros represaliados y alejados del ejercicio profesional, como era mi caso, y no había docentes en las escuelas, nombraron maestros de forma rápida y acelerada.
- Pero, se conocen datos que dicen que el nivel educativo está mucho más bajo que hace años, ¿ o no?
- Sí, es cierto, porque se está descuidando la formación de los chiquillos en los primeros cursos. Por ejemplo, se está descuidando que los mejores maestros vayan a los cursos de abajo. Los finlandeses dicen que los maestros mejor formados y con más experiencia deben estar en los primeros cursos. De otra parte, el nivel cultural ha bajado. Antes, a los 10 años se sabía más lenguaje, menos faltas de ortografía, hasta se daban raíces cuadradas. Ahora se comprueba que la falta de vocabulario es enorme. Hay que leer y escribir bien, porque si no se sabe leer, no se puede estudiar. Y hay que dejar que el niño elija aquello que le apetece leer, lo que le agrada. Yo aborrecí El Quijote porque me lo impusieron como texto obligatorio.
- Y hablando de la familia, ¿se toma en serio la educación de sus hijos o confía en que sea la escuela quien se los eduque?
- Los pilares de una buena educación son la familia, la sociedad y los maestros. La responsabilidad de la familia es tal que tiene que preocuparse de lo que hacen y de lo que ven en la tele. Se está comprobando que el trabajo de padre y madre, los horarios y tiempos en los que los padres no están con los hijos, dificultan su formación. Los límites los tiene que poner la familia.
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